El agua, junto con la flora, es un 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐫𝐬𝐨 𝐢𝐦𝐩𝐫𝐞𝐬𝐜𝐢𝐧𝐝𝐢𝐛𝐥𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐥𝐦𝐞𝐧𝐚𝐬. Las abejas obtienen agua a través del néctar y además realizan viajes especiales de recolección para obtenerla de las gotas de rocío en las plantas, encharcamientos u otras fuentes cercanas. Lo mejor es disponer un punto de agua fresca cerca de las colmenas, pero si el apiario no tiene una fuente de agua cercana 𝐞𝐥 𝐚𝐩𝐢𝐜𝐮𝐥𝐭𝐨𝐫 𝐡𝐚𝐛𝐫𝐚́ 𝐝𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐞𝐞𝐫𝐥𝐚.
Las abejas que no encuentren una fuente de agua cercana pueden volar largas distancias para conseguirla, pero será a costa del consumo de miel.
Podemos 𝐩𝐫𝐨𝐯𝐞𝐞𝐫𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐛𝐞𝐛𝐞𝐝𝐞𝐫𝐨𝐬. Lo importante es que el agua no sea profunda de modo 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐚𝐡𝐨𝐠𝐮𝐞𝐧 𝐚𝐥 𝐢𝐫 𝐚 𝐛𝐞𝐛𝐞𝐫 𝐲 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐞́ 𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐬𝐨𝐦𝐛𝐫𝐚 𝐲 𝐜𝐮𝐛𝐢𝐞𝐫𝐭𝐨 para evitar su contaminación con excrementos de las abejas vuelos portadoras de nosemiasis en sus vuelos de limpieza.
